miércoles, 28 de abril de 2010

Quiero que llueva para siempre (VIII)

Quiero que llueva para siempre,
mientras duermo aquí contigo,
ahora que aun no has abierto tus ojos
y en tu cara queda una sonrisa,
huella de nuestro ultimo beso.
Quiero que llueva para siempre
y que no despiertes,
que permanezcas mía,
aquí enredada en mis brazos,
con tus dedos en mi mano,
y mi pierna en tu cintura.
Quiero que llueva para siempre,
que te quedes así despeinada,
sin maquillaje y con ojeras,
sin que huelas a fresa,
ni a menta,
ni a azúcar,
que solo huelas a besos,
a los míos,
a los tuyos,
a los nuestros.

martes, 13 de abril de 2010

La batalla

Despeinada y de maquillaje corrido,
regresas como sobreviviente de guerra.
Me dieron muerte en tu batalla,
muerte entre dos,
tu entre sus piernas y el entre las tuyas
muerte de a dos,
tu boca en su boca, la de él en la tuya,
dos contra uno,
tus gritos sus gritos, sus gritos los tuyos,
muerte de uno,
y una vez acabado el acto,
te vuelves, sangrienta,
sobre tu campo de batalla,
y allí yo, muerto entre las almohadas,
mirándote a los ojos,
y allí él, complice de guerra, callado,
y así regresas de darme muerte,
callada, despeinada, y de maquillaje corrido.

martes, 6 de abril de 2010

Sanar

Las lágrimas van al cielo
Y vuelven a tus ojos desde el mar
El tiempo se va, se va y no vuelve
Y tu corazón va a sanar
Va a sanar
Va a sanar

La tierra parece estar quieta
Y el sol parece girar,
Y aunque parezca mentira
Tu corazón va a sanar
Va a sanar
Va a sanar
Y va a volver a quebrarse
Mientras le toque pulsar

Y nadie sabe por qué un día el amor nace
Ni sabe nadie por qué muere el amor un día
Es que nadie nace sabiendo, nace sabiendo
Que morir, también es ley de vida.

Así como cuando enfríe
Van a volver a pasar
Los pájaros, en bandadas,
Tu corazón va a sanar
Va a sanar
Va a sanar

Y volverás a esperanzarte
Y luego a desesperar
Y cuando menos lo esperes
Tu corazón va a sanar
Va a sanar
Va a sanar
Y va a volver a quebrarse
Mientras le toque pulsar

Tu boca huele a menta

Soplo un secreto sobre tus labios: shhh…
Dice el viento que lo escuches.

Shhh…
Dice el viento que te quiero.

Shhh…
Dice el viento que eres mía.

Shhh...
Dice el viento que te amo.

Playas, mares, y desiertos

Nuevamente erecto el puente destruido en la tormenta,
y una vez cruzado el abismo que los separaba,
los antiguos amantes se reconocieron,
uno estaba hecho de agua, el otro de arena,
el viento traía consigo los dolores del pasado.

Se tomaron de la mano, y por un momento fueron playa,
hicieron orilla de noche junto a las estrellas,
y recordaron porque las olas intentan volver a tierra,
y porque la tierra intenta saciar su sed en ellas
pero entonces sopló el viento, un aullido largo y lento,
que con sus ráfagas, mantuvo a las olas en su sitio,
e hizo retroceder las arenas.
Y se vio entre ellos una cicatriz larga y mojada,
y al fin comprendieron el resultado de la tormenta.

Y el dolor fue tal que,
entristecida, la arena se dejo llevar por el viento,
mientras el agua, inmóvil, se tornaba salada.
Así llegaron a ser los mares y los desiertos,
separados por siempre en memoria de la tormenta,
sin poder olvidarse uno del otro.

Pero aun así, vemos como a veces, en añoranza,
el viento trae la arena por encima de los mares,
y por igual las nubes cruzan sobre los desiertos.
Y si ese día el viento es poco,
aunque el desierto por siempre será desierto,
vemos como los amantes se reconocen brevemente en una caricia,
y llueve. 

Amor incierto

Regálame un amor incierto,
como un beso en la esquina de la boca,
incierto, excitante, e inseguro,
de naturaleza extraña,
accidental e indefinido,
como espejismo momentáneo
que aun así, deja su huella en la arena,
como herida que no sangra
y resiste toda cura
un cáncer, veneno
verde como azúcar bronceada,
rosa como un chorro de agua,
;y suave, suave
como un piedrazo a la quijada,
como tablazo a la cara,
como balazo a la rodilla,
como nariz contra la acera,
como vinagre a los pulmones,
como sal para las venas
y un portazo a un dedo izquierdo,
pero ¡suave! ¡suave! ¡suave!
suave como brea a medio día,
tan inolvidable como una almohada fría,
y frío como hierro rojo,
rojo como café molido
café puro,
café amargo,
café recién colado,
colado con filtro,
colado con media...
pero ¡café! ¡café! ¡café!
café como tus ojos,
los tuyos, mirándome así
y besándome esquinas.

Besos soleados

-Mi pelo huele a coco y mis uñas son turquesas-

¿Y tu boca, sabe a playa?
¿Sabe a arena, sol, y cabellos mojados?
¿Sabe a caricias ciegas bajo una toalla?
¿A manos frías sobre rostros calientes?
¿A labios partidos y hombros rosados?
¿A miradas furtivas y dedos traviesos?

¿O quizás tu boca, sabe solo a tu boca
y entonces la playa queda olvidada?

Sexo Oral

Labios contra labios,
dientes contra piel.
¡Agua!

Músculos tensos,
pulso acelerado.
¡Agua!

Gritos ahogados,
nombres desesperados.
¡Agua!

Respiración a golpes,
una flor rosada
corre.