martes, 28 de octubre de 2008

Rima XVIII (Gustavo Adolfo Béquer)

Fatigada del baile,
encendido el color, breve el aliento,
apoyada en mi brazo
del salón se detuvo en un extremo.

Entre la leve gasa
que levantaba el palpitante seno,
una flor se mecía
en compasado y dulce movimiento.

Como en cuna de nácar
que empuja el mar y que acaricia el céfiro,
tal vez allí dormía
al soplo de sus labios entreabiertos.

¡Oh! ¡quién así, pensaba,
dejar pudiera deslizarse el tiempo!
¡Oh! si las flores duermen,
¡qué dulcísimo sueño!

jueves, 16 de octubre de 2008

Ámame lentamente

Ámame lentamente…
como si el tiempo no importara.

Ámame lentamente,
mirándome a los ojos.

Ámame lentamente,
y piérdete en mis manos.

Ámame lentamente,
y vuélvete nada,
viértete toda.

Ámame con locura,
pero ten calma,
tómate tu tiempo.

Ámame con demencia,
pero hazlo serena,
tranquila.

Ámame cuando estés cansada,
porque así durará el momento.

Ámame cuando ya no tengas fuerzas,
y así no habrá nada entre medio…

lunes, 13 de octubre de 2008

Silencio

Llevo tiempo pensando,
que algo me persigue.

Lo siento cuando estoy solo,
cuando me rodea la nada.
Lo siento rodeándome,
escondido entre las sombras.
Le llamo,
y un eco me contesta,
un eco ensordecedor,
horrible, monstruoso y vacío.
Un eco que me asecha,
que me aparta,
soy su presa solitaria,
y me devora,
me cubre y me enreda,
en él se pierden mis gritos,
extraviados en la desilusión
de una respuesta que no llega,
perdidos en la distancia,
la desesperación,
y locura.

A él se adapto mi mundo,
transformándose poco a poco,
mirándome con su rostro crudo y frio,
burlándose,
sin necesidad de esconderse
me mira a los ojos
y me sonríe,
ahí parado con su traje negro,
negro como la noche,
como el abismo,
y como sus ojos.

Le llamo nuevamente,
me acerco y desaparece,
me vuelvo,
buscándolo,
y ahí está:
en todos sitios
y en ningún lado.

Le llamo nuevamente,
y es el silencio quien me contesta.

domingo, 12 de octubre de 2008

Acto (Pablo Cabral)

Búscame
En las calles de la prohibición
En las avenidas de la tentación
Un movimiento erótico
Que te quema como el añejado ron

Mírame
Con ojos cerrados
Una lluvia de estrellas
Estrelladas en una botella

Háblame
Que a pesar de no mirarte
O escuchar tus suplicas de amarme
Tengo ansias de mimarte

Huéleme
Que con mi piel añejada
Que a la mente embriaga
Satisfaré tus ansias
Sumergidas en rabia

Escúchame
Porque serán las últimas palabras
Que de mi corazón expresan
Las rarezas de mi naturaleza

Siénteme
Pues mi alma esta desnuda
Y con las yemas de tus dedos
Puedes sentir
Que por ti he de sufrir

Pruébame
Sin tocarme
Alimentándote de mi esencia
Que algún día te pudo brindar placer

Busco encontrarte
Como un mendigo
Que no tiene rumbo
Buscando a quien querer

Mirar con ojos cerrados
Que se niegan a abrir
Y ver el camino que he de seguir
Hablarte
Con palabras creadas por el arte
Que no puedan lastimarte
Y puedan alegrarte
Como un día me enseñaste

Entregarme
De una vez y terminar
De agradecerte a ti
Infinita mujer
Todos los secretos me enseñaste
Y los males con los que me chocaste

Viví
Vivo
Y viviré
Soy la idea bonita
De algo ficticio
Una ilusión

And Though Art Dead, as Young and Fair (Lord Byron)

And thou art dead, as young and fair
As aught of mortal birth;
And form so soft, and charms so rare,
Too soon return'd to Earth!
Though Earth receiv'd them in her bed,
And o'er the spot the crowd may tread
In carelessness or mirth,
There is an eye which could not brook
A moment on that grave to look.
 
I will not ask where thou liest low,
Nor gaze upon the spot;
There flowers or weeds at will may grow,
So I behold them not:
It is enough for me to prove
That what I lov'd, and long must love,
Like common earth can rot;
To me there needs no stone to tell,
'T is Nothing that I lov'd so well.
 
Yet did I love thee to the last
As fervently as thou,
Who didst not change through all the past,
And canst not alter now.
The love where Death has set his seal,
Nor age can chill, nor rival steal,
Nor falsehood disavow:
And, what were worse, thou canst not see
Or wrong, or change, or fault in me.
 
The better days of life were ours;
The worst can be but mine:
The sun that cheers, the storm that lowers,
Shall never more be thine.
The silence of that dreamless sleep
I envy now too much to weep;
Nor need I to repine
That all those charms have pass'd away,
I might have watch'd through long decay.
 
The flower in ripen'd bloom unmatch'd
Must fall the earliest prey;
Though by no hand untimely snatch'd,
The leaves must drop away:
And yet it were a greater grief
To watch it withering, leaf by leaf,
Than see it pluck'd to-day;
Since earthly eye but ill can bear
To trace the change to foul from fair.
 
I know not if I could have borne
To see thy beauties fade;
The night that follow'd such a morn
Had worn a deeper shade:
Thy day without a cloud hath pass'd,
And thou wert lovely to the last,
Extinguish'd, not decay'd;
As stars that shoot along the sky
Shine brightest as they fall from high.
 
As once I wept, if I could weep,
My tears might well be shed,
To think I was not near to keep
One vigil o'er thy bed;
To gaze, how fondly! on thy face,
To fold thee in a faint embrace,
Uphold thy drooping head;
And show that love, however vain,
Nor thou nor I can feel again.
 
Yet how much less it were to gain,
Though thou hast left me free,
The loveliest things that still remain,
Than thus remember thee!
The all of thine that cannot die
Through dark and dread Eternity
Returns again to me,
And more thy buried love endears
Than aught except its living years.                     

Annable Lee (Edgar Allan Poe)

It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of Annabel Lee;
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.

I was a child and she was a child,
In this kingdom by the sea;
But we loved with a love that was more than love-
I and my Annabel Lee;
With a love that the winged seraphs of heaven
Coveted her and me.

And this was the reason that, long ago,
In this kingdom by the sea,
A wind blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee;
So that her highborn kinsman came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea.

The angels, not half so happy in heaven,
Went envying her and me-
Yes!- that was the reason (as all men know,
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of the cloud by night,
Chilling and killing my Annabel Lee.

But our love it was stronger by far than the love
Of those who were older than we-
Of many far wiser than we-
And neither the angels in heaven above,
Nor the demons down under the sea,
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee.

For the moon never beams without bringing me dreams
Of the beautiful Annabel Lee;
And the stars never rise but I feel the bright eyes
Of the beautiful Annabel Lee;
And so, all the night-tide, I lie down by the side
Of my darling- my darling- my life and my bride,
In the sepulchre there by the sea,
In her tomb by the sounding sea.        

Quisiera verte en las montañas... (Tintern)

Quisiera verte en las montañas
donde nadie te está mirando
donde nadie se mete en tus cosas
ni en mis cosas.

Quisiera verte alto en esa cima
gritando libertad, respirando valor
para ver si algún día
logras estar en tu sitio.

Ya no siento libertad amigo,
Me atan tus alas
me mira tu recuerdo
y me encierran tus besos.

Te veo en esa cima con mi libertad que no tocas,
Que ninguno de los dos la posee
Y miro hacia arriba para buscar tu cara
y tu miras hacia abajo para ver si te encuentras.

En una sociedad llena de dietas... (Tintern)

En una sociedad llena de dietas
pido lo que me engorde de tus abrazos
que enflaquezca la distancia
que aparta de tus manos.

En una sociedad llena de tristezas
decidí vivir contigo en un sueño
Decido seguir tambien tus pasos
a pesar de tus empeños.

En una sociedad llena de gritos
háblame con tu voz quieta
bésame con lengua en garganta
sígueme como si algun día me fuera. 

Algo me dice... (Tintern)

Algo me dice
que ya no estaremos juntos en agosto

En las estrellas 
buscarás en el norte de tus sueños.

Y en tus sueños lejano
un respiro, un viento que ya no ves claramente.
Claramente lejos.
Lejos de mi, allá en el norte
Y yo, claramente
aqui en los suelos

viernes, 10 de octubre de 2008

Te llegará una rosa cada día (Alberto Cortés)

Te llegará una rosa cada día 
que medie entre los dos, una distancia
y será tu silente compañía
cuando, a solas, te duela la nostalgia.   

Te llegará una rosa cada día, 
augurándote tiempos de ventura; 
compañera total del alma mía, 
propietaria de toda la ternura.   

Quisiera ser un mago fabuloso, 
para trocar las rosas por estrellas, 
dejarlas en tu almohada, sigiloso, 
que iluminen tus sueños, todas ellas.   

Te llegará una rosa y la mañana 
será para vivirla entre  comillas, 
tu alma escapará por la ventana 
de tu orilla, volando hasta mi orilla.   

Aquellos que no tienen fantasía 
no pueden entender, es muy complejo, 
que acorte la distancia, cada día, 
recibir una rosa desde lejos.   

Te llegará una rosa y día a día Será, 
como quitarle al calendario 
las hojas que nos falten todavía 
para dejar de ser dos solitarios.   

Te llegará una rosa cada día 
que medie entre los dos, una distancia 
y será tu silente compañía 
cuando, a solas, te duela la nostalgia.

martes, 7 de octubre de 2008

Te extraño sabes...

Oye,
te extraño sabes…
me faltas,
tú y tus acelerados momentos.
Tu sabes de los que hablo.
Si, aquellos
los que agitaban mi cuerpo 
y por unos segundos
siempre creía que había muerto
pero luego me daba cuenta
que solo habías hecho, 
que mi corazón parara un momento.

¿Ahora lo recuerdas?
¿No?
Que tal aquellas tardes,
que pasábamos bailando
descalzos en la arena
apenas moviéndonos
mientras el sol desaparecía,
escondiendose tras las palmas…

Yo aun lo recuerdo.
Y te quiero sabes,
te quiero como te lo dije aquella tarde
dormidos sobre la arena
el viento bailando en tu pelo
tu cara llena de sol,
tus labios sabían a sal,
las olas mojando tu pies...
Esa noche fue fantástica.
El sol aun en tus ojos,
todos te miraban 
mientras cruzabas el salón,
“tengo frio”, me dijiste
y me pediste que te abrazara,
y lo hice, con gusto.
Tu cabello olía a rosas
y tu piel tibia era suave,
no tenias frio.

Esa noche fue la primera.
La primera noche que bailamos,
y ya no bailo sabes…
Recuerdo
…tu pelo suelto
marcando el vaivén de tus pasos,
tu cabeza en mis hombros,
tus ojos cerrados,
soñando,
mientras sonreías
al sentir como mi corazón aceleraba.

¿Recuerdas?
Si, lo puedo ver en tu sonrisa.
Tu hermosa sonrisa,
la misma sonrisa de aquella noche…
No te olvides de esa noche.
Te lo pido,
por favor.
Porque…
yo,
yo te amo
¿lo sabias?

Te amo con un amor ciego e ignorante,
con un amor rojo
un amor sin limites
un amor libre,
que deja sus alas a un lado
para caminar contigo de la mano.

Te amo como ama un loco,
con un amor desenfrenado
que no conoce el miedo.

Te amo como solo yo te amo,
como el cuerpo a la sangre
y el dolor al olvido.

Te amo como te amo, 
como lo hice aquella noche,
con demencia,
con locura,
soñando,
bailando,
simplemente amando.

Para Alba.
Para que me recuerde.
Para que sepa cuanto la amo
y cuanto la extaño cada momento que no está a mi lado.

lunes, 6 de octubre de 2008

La Sonrisa

Oiga, 
¿Sabrá usted acaso 
donde pudiera yo, 
encontrar una sonrisa?   

Vera usted, 
es que llevo buscando 
todo el día sin cesár 
alguien que conozca, 
que me pueda decir el lugar 
en el que pudiera yo 
una sonrisa encontrar.   

He buscado en todos lados 
con el mismo resultado. 
Creo que me han engañado 
todos a los que he preguntado 
pues en ningún sitio he dado, 
con la sonrisa que he buscado.   

A muchos he visitado, 
y respuestas ya me han dado. 
Formulas y situaciones, 
maniobras y canciones,  
mapas, localizaciones 
todos ellos ya he tratado,
sigo yo sin resultado.    

He hablado con doctores, 
con famosos profesores, 
con banqueros y bufones
con viajeros, trovadores  
e inclusive con actores. 

Todos ellos me ayudaron 
y muy bien me aconsejaron 
pero todos fracasaron.  

No pudo ni uno de ellos, 
entre todos no supieron 
decirme en donde consiguieron
lo que tanto yo deseo, 
lo único que no poseo.   

Y seguí yo preguntando, 
por las calles yo vagando, 
llamando y buscando.   

Hablé yo con mas personas 
mientras pasaban las horas 
con muchachos y muchachas, 
con señoras y señores,
con pobres y ricachones, 
con todos he dialogado 
pero sigo aquí sentado 
¡Cuanta gente ya ha pasado! 
fueron muchos, quizás cientos 
con los que hable en este asiento.   

Pero verás no me he movido, 
pues de su boca no ha salido 
ni sonido ni gemido 
que me indique o me implique 
resultado o solución 
a lo que le he preguntado. 
Pido yo una explicación.         





Voy a serle yo sincero 
gran sorpresa me he llevado. 
En todo el tiempo que he buscado
esto nunca había pasado. 
De los cientos y los miles 
de posibles soluciones, 
nunca antes había yo 
sonreído y llorado
pero confieso también yo 
que de los que han tratado, 
ninguno hasta ahora,
me había abrazado.